SUPERLUNAS 3 rituales súper terrenales y súper lunares

 

🌕 Ritual 1 — Liberación de fin de ciclo


(Ideal si venís arrastrando energía densa y cosas que ya no da sostener)

Qué necesitás

  • Carbón vegetal

  • Ruda o romero seco

  • Papel y lápiz

  • Un frasco o cuenco resistente al fuego

Pasos

  1. Anotá lo que te resta fuerza: hábitos, preocupaciones, culpas, personas que ya cumplieron su papel.

  2. Encendé el carbón y colocá las hierbas encima.

  3. Acercá el papel al humo y decí:

    “Agradezco lo vivido. Lo suelto. Me libero.”

  4. Quemá el papel en el frasco/cuenco.

  5. Tirate una buena ducha después (el agua nunca falla).

Intención
Cerrar el año con espacio real en el alma.


🌱 Ritual 2 — Llamar abundancia concreta

(Cuando querés que el 2026 te encuentre con recursos, claridad y proyectos vivos)

Qué necesitás

  • 1 vela verde

  • Unas ramitas de ciprés (árbol de tierra y longevidad)

  • Semillas (las que tengas: arroz, lentejas, trigo)

  • Plato o bandejita

Pasos

  1. Formá un pequeño “nido” de semillas sobre el plato.

  2. Colocá la vela al centro y rodeala con el ciprés.

  3. Encendé la vela visualizando un objetivo bien definido para el próximo año.

  4. Guardá las semillas hasta sembrarlas o usalas en un amuleto.

Intención
Lo que siembro, crece.


✨ Ritual 3 — Coronarte con tu propio poder

(a.k.a. el “yo me merezco TODO lo bueno”)

Qué necesitás

  • Esencia o extracto de naranja (vitalidad solar)

  • Agua tibia en un cuenco

  • 1 puñado de sal gruesa

  • Opcional: pétalos de rosa

Pasos

  1. Prepará el agua con la sal y la naranja.

  2. Mojate las manos y la frente diciendo:

    “Me reconozco. Me elijo. Me honro.”

  3. Secate sin enjuagar y dormí con esa energía.

Intención
Reafirmar valor propio y magnetizar oportunidades.


Tips rápidos para que funcione de verdad

  • Hacelos entre la noche del 3 y la madrugada del 4.

  • Nada de multitasking: cerrá WhatsApp y meté presencia.

  • Si podés mirar la luna, mejor; si no, la intención igual llega.

  • Siempre agradecé al final: es la llave de la puerta que se abre.