🌿 Hierbas aromáticas y altares del Día de los Santos Difuntos

 

Entre las flores, velas y panes que componen los altares del Día de los Santos Difuntos, hay un elemento más discreto pero profundamente significativo: las hierbas aromáticas.



La tradición mexicana considera que plantas como el laurel, el tomillo, la mejorana, el romero y la manzanilla no solo perfuman el ambiente, sino que también purifican y protegen el espacio donde se recibe a las almas.

En muchos hogares, estas hierbas se colocan en la ofrenda o se preparan en infusión dentro de una pequeña olla, cubierta con una penca de nopal perforada para que el vapor fragante escape lentamente. Ese aroma, según la creencia popular, “embelesa” y atrae a las ánimas hacia el altar, ayudándolas a encontrar el camino de regreso.

Antes de montar la ofrenda, se acostumbra barrer y limpiar con ramos de hierbas de olor, un gesto simbólico que despeja malas energías y prepara el lugar para la visita de los difuntos.
Se dice también que estas plantas —especialmente el romero, el laurel y el tomillo— crean una barrera protectora, impidiendo que entidades negativas ingresen al hogar.

Su presencia, además, enlaza lo espiritual con lo cotidiano: la manzanilla y la mejorana calman el ánimo, el romero favorece la digestión y la concentración, y el laurel resguarda la energía del hogar.
De este modo, el altar se convierte en un espacio donde la memoria, la salud y el espíritu se encuentran, recordándonos que el perfume de las hierbas puede ser también un puente entre los mundos.

🕯️ “El aroma es la voz invisible de la tierra que llama a los que amamos.”